La inteligencia emocional de las marcas

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Hace unos años que se viene hablando mucho sobre todos los aspectos relacionados con la inteligencia emocional. Especialistas sobre el tema (sobre todo profesionales de la psicología) nos cuentan que es a través de esta capacidad (tan humana) como podemos dotarnos de un valor añadido claro frente al entorno cada vez más automatizado y digital.   

Pero, ¿Qué es la inteligencia emocional? ¿En qué aspectos se fundamenta?

La inteligencia emocional es la capacidad que tienen las personas para reconocer, entender y manejar sus propias emociones, así como las de las personas de su alrededor.

Daniel Goleman, el “padrino” de la inteligencia emocional, identificaba hace unos años los cinco aspectos principales en los que se fundamenta esta inteligencia:

  • Autoconsciencia: capacidad para identificar las propias fortalezas y debilidades.
  • Autorregulación: capacidad de controlar los impulsos y las emociones.
  • Motivación: capacidad de entusiasmo, de empuje…independientemente de los obstáculos.
  • Empatía: capacidad de ponerse en el lugar de otro, de reconocer las emociones y los sentimientos ajenos.
  • Habilidad social: capacidad que nos permite dar respuestas adecuadas al entorno y relacionarnos mejor con los demás.

Como reflejo de la sociedad, las marcas también se están “poniendo al día” en todo lo que tiene que ver con la inteligencia emocional. Pero, ¿qué debería hacer una marca con tal de obtener una buena inteligencia emocional? Quizá simplemente trasladar el modelo de Goleman hacia su marca, desarrollando bien los siguientes pilares:

  • AUTOCONSCIENCIA DE MARCA: Que se conozcan mejor a sí mismas, averiguando cuáles son sus fortalezas y debilidades.
  • AUTOREGULACIÓN DE MARCA: Que no concentren todos sus esfuerzos en estrategias tácticas a corto plazo movidas por impulsos o reacciones inmediatas, sino que sean capaces de generar estratégicas a largo plazo, construyendo de esta manera marcas con más esencia.
  • MOTIVACION DE MARCA: Que tengan una motivación constante, un empuje, un entusiasmo en la consecución de sus objetivos como marca, y que los contratiempos que se encuentren no sean más que nuevas oportunidades para reinventarse.
  • EMPATIA DE MARCA: Que tengan la capacidad de ponerse en el lugar de los consumidores y que sean capaces de trasmitirles emociones.
  • HABILIDAD SOCIAL DE LA MARCA: Que sean flexibles y adaptativas para poder dar respuestas adecuadas al entorno y que sean capaces de crear conexiones con otras marcas.

En este último punto (la habilidad social) algunas marcas están empezando a dar pequeños pasos en la creación de nuevas formas de relación entre ellas.

Hace ya algunos meses (en navidades) me encontré con una campaña de la marca Coca-Cola que me hizo reflexionar sobre estas nuevas formas de relación. En la campaña, Coca-Cola felicitaba las navidades a su principal rival, PEPSI. Esta campaña a la vez que tuvo un gran impacto también ha contribuido en la creación de otra manera de relacionarse entre las marcas, sembrando las bases de una relación con más inteligencia emocional.

Las marcas nos han acostumbrado al modelo de competencia; es algo totalmente establecido en nuestra sociedad, algo “normal”, algo que ya no nos sorprende. Como consumidores, no nos sorprende que una marca trate de luchar con todas sus energías con tal de destruir a su competencia.  Pero, ¿qué tal si empezamos a crear nuevas relaciones con nuestra competencia?

Quizá dotando a las marcas de otro tipo de relaciones entre ellas (relaciones con más inteligencia emocional) estemos contribuyendo a darles un mayor valor añadido; es probable que también estemos contribuyendo a elevar los niveles de conexión con los consumidores, por qué no, también a elevar sus niveles de notoriedad. Pero lo que sin duda estaremos haciendo es ayudar en la creación de un nuevo modelo social mucho más humano.

Carlos Claver

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