En estos últimos tiempos (y posiblemente potenciado por la pandemia) parece que estamos viviendo fuertes momentos de polarización y/o simplificación de todos los aspectos de nuestra sociedad; en medios de comunicación (sensacionalismo), en política (posiciones extremas), en relaciones sociales (individualismo vs lo colectivo), en el mundo científico (fuertes discusiones sobre teorías aparentemente refutadas)… parece como que todo está tendiendo a ir hacia los extremos. Es como si de repente las dudas (los matices, la escala de grises, las reflexiones…) no tuvieran lugar en nuestra sociedad, como si todo lo que nos rodea se hubiera convertido en realidades absolutas y antagónicas.
Cuando pienso en todo esto me viene un fragmento del poema Ideario de Francisco M. Ortega Palomares, el cual dice así;
Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran a sus ideales
sobre los de cualquiera
Seguramente haya muchísimas variables que están influyendo a que todo este proceso de “Polarización/Antireflexión” esté pasando, apunto algunas (que se me han ocurrido):
- El gran nivel de información al que estamos sometidos. Provocando que informaciones directas y sin tantos matices sean capaces de aterrizar mejor en nuestra mente.
- La rapidez con la que evoluciona todo y el estrés del día a día. Seguramente este ritmo acelerado en el que vivimos constantemente esté también provocando una necesidad de facilitar las decisiones, y ello nos lleve a polarizar y/o simplificar todos los aspectos, para poder así interpretar y tomar decisiones de una forma más rápida y sencilla.
- La inestabilidad provocada por la pandemia. En momentos de inestabilidad el ser humano busca tener certezas para sentirse más seguro. Y las simplificaciones y/o polarizaciones suelen tener ese antídoto.
Tras esta realidad que se está percibiendo surge una buena oportunidad para que algunos agentes sociales canalicen las simplificaciones/polarizaciones y puedan, de esta forma, ayudar a la sociedad a volver a esa escala de grises, de matices, de reflexión, de dudas… tan necesaria para una evolución madura y conjunta. ¿Pueden las marcas ocupar ese espacio de creación de reflexión y duda? ¿Deberían?
No se trata de que las marcas no se deban posicionar sobre determinados aspectos de la realidad, que eso (bajo mi punto de vista) creo que lo deben seguir haciendo para ayudar a transformar la realidad, sino más bien se trata de ayudar a crear espacios de reflexión y de debate sanos donde se puedan llegar a encontrar esos ricos matices.
Un buen ejemplo que apunta en esta dirección ha sido la creación hace ya algún tiempo del “Aprendemos juntos” impulsado por el BBVA en colaboración con El País. Consiste en pequeñas entrevistas/charlas/debates de profesionales de todos los ámbitos en los que nos invitan a reflexionar sobre muchos aspectos de la realidad.
Carlos Claver
Account Manager