Marcas que me importan

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Esta semana hemos conocido, gracias a la Jornada de Métricas Intangibles (JIM 2020 - Corporate Excellence), el dato de que a las personas les daría igual que el 77% de las marcas desaparecieran.

A los que trabajamos en el sector del Marketing, este dato, que arroja el estudio de Meaningful Brands de Havas Media, siempre nos acaba impactando. ¿No trabajamos para, de alguna manera, conseguir conectar con el consumidor? ¿En qué estamos fallando? Lo más preocupante de este dato es que no para de crecer…no hace tanto este dato era del 70%

¿Qué pueden hacer las marcas en este contexto de desafección tan evidente? El reto es importante. Estamos viviendo, además, un momento histórico, que va a impactar profundamente en nuestras vidas, en la manera en la que funcionamos…y muy claramente en la manera en la que consumimos y valoramos a las marcas.

Es por eso que las marcas tienen por delante una gran oportunidad. La oportunidad de reconectar con el consumidor, que sean marcas importantes para ellos y que en los escojan a ellas en sus elecciones de consumo.

Hay muchos caminos de establecer esta conexión con el consumidor. La manera en la que una marca se relaciona con su entorno y sus stakeholders puede influir (y mucho) en la percepción del consumidor sobre ella. Nuestro compañero Carlos Claver nos hablaba hace unos días en su post "El papel de las marcas en la Sociedad", cómo algunas marcas se habían sumado a algunos movimientos sociales surgidos en los últimos años. Eso ha hecho que marcas como Nike hayan aumentado sus ventas tras alinearse con movimientos como el Black Lives Matter

También vemos como desde hace tiempo las marcas mejor valoradas son marcas de tecnología, entretenimiento, telecomunicaciones. Marcas con productos y servicios que tienen un impacto diario en nuestra vida (personal y laboral) y que no paran de evolucionar y adaptarse a las necesidades de sus consumidores/usuarios/suscriptores.

Ahora, tener un buen producto, incluso uno excelente, ya no es la única variable que tienen los consumidores en la mente a la hora de escoger una marca u otra. Cada vez vemos que escogerán productos de marcas comprometidas, innovadoras, que ofrezcan experiencias personalizables…

Como marcas, ¿cómo podemos convertirnos en una marca que importa? ¿Cómo podemos recorrer este camino hacia el corazón del consumidor? Teniendo siempre un proceso de escucha hacia lo que quiere, siente, necesita, piensa. Hacia sus preocupaciones, valores, dudas, miedos. Y articulando y modulando nuestra propuesta, nuestro propósito, nuestros productos hacia todo ello.

No es una tarea sencilla. Pero es imprescindible si queremos formar parte de esas marcas que emocionan al consumidor. De esas marcas que le importan.

Helena Martinez-Alonso 

Account Director

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