Seguridad y Fragilidad Humana

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La seguridad se ha convertido en uno de los valores que más se desean en nuestra sociedad. La palabra seguridad es manejada profusamente en todos los sectores y áreas de actividad :  política, comunicación, finanzas,automoción, telecomunicaciones, nuevas tecnologías, etc.; la invitación a cualquier práctica humana suele ir acompañada de la palabra seguridad:  inversión segura, sexo seguro, viaje seguro, trabajo seguro…Es como si  la seguridad ordenara y diese sentido al impulso/ actividad que surge de la vida misma: trabajar, viajar, disfrutar…

Blog Seguridad y fragilidad humana II

A nivel macro, el auge de la seguridad tendría que ver con la emergencia  de  algunas inquietudes, preocupaciones y temores  : me refiero al fenómeno del terrorismo internacional y al desarrollo de internet y otras tecnologías que demandan cada vez más la necesidad imperiosa de protección de la información y de seguridad (ciberseguridad ).  Gobernantes y líderes políticos por una parte y empresarios  por otra hacen de altavoz y resonancia de la seguridad  dado que controlan los medios de comunicación.

A nivel psicosociológico cabe distinguir distintas acepciones de seguridad:

  • Seguridad como respuesta social e individual a la situación– de valores, económica, emocional…- en la que vivimos. En este plano, la seguridad es un valor circunstancial , pasajero, intercambiable y al que se acude en un momento dado. Y en este momento  se acude a la seguridad por miedo a perder lo que tenemos, por el empobrecimiento social, laboral y familiar que nos empequeñece y nos torna conservadores, por la renuncia a la iniciativa personal, a la libertad, al riesgo y por el refugio que hacemos en los niveles básicos de la pirámide de Maslow cerrándonos las puertas a estadíos superiores.
  • La necesidad y el auge de la seguridad se explicaría en esta sociedad postmoderna como respuesta a la “sociedad líquida”, sociedad que se caracteriza por el cambio continuo, la precariedad afectiva, la transformación y ruptura de paradigmas, la imprevisibilidad, la ambiguedad y la incertidumbre . La acepción de seguridad que se deriva de aquí es de más peso, cuasi  constitutiva,  no tan pasajera y coyuntural como la anterior.
  • Una tercera acepción de seguridad es la que vendría dada como resultado de la creciente fragilidad del ser humano: fragilidad palpable y constatable en la sociedad que nos rodea ( economía, política,demografía, medio ambiente….) y fragilidad individual y psicológica ( enfermedades mentales, cesión de la voluntad, perdida de individualidad e intimidad…). En un mundo frágil, habitado por individuos frágiles se cambian con facilidad los valores de libertad, voluntad, hedonismo… por los de seguridad, renuncia, protección…  Estamos hablando  ya  de una seguridad constitutiva, atemporal , que define nuestro tiempo..

Blog Seguridad y fragilidad humana I

La seguridad ordena de alguna manera la actividad,  pero a la vez deja al desnudo la debilidad y la fragilidad humanas. Cuanto más apelamos a la seguridad más frágiles nos vamos constituyendo de tal forma que la seguridad nos vacía, nos anula y nos debilita.

A lo largo de los siglos ha habido un cambio tanto en la simbología y los rituales de la seguridad como en los  objetos o motivos  a asegurar.La recurrencia a lo mitológico, a lo mágico y religioso,  bien para salvaguardar la casa, las cosechas, las propiedades o la integridad personal fue una constante durante siglos. En las puertas y fachadas de todas las casas, en los escudos y llamadores  de las puertas se exponías o colocaban  santos y crucifijos, dragones y animales mitológicos, con leyendas protectoras para los moradores de la casa y ahuyentadoras de gentes de malas intenciones. Hoy se es menos poético y no se recurre a lo mitológico ni simbólico;se acude más al cemento, al acero y a la encriptación:  verjas, vallados, muros,  puertas blindadas,cámaras de seguridad,cajas fuertes, contraseñas, códigos, claves, pins….

No sólo la simbología y el ritual en relación a la seguridad cambian de época en época. También aparecen y se van transformando los elementos  a asegurar. En nuestra época queda muy poco ya que ofrecer a las aseguradoras: hemos asegurado el futuro, la pensión, la casa, el continente, el contenido, el coche, la anulación del viaje, el trabajo, el despido, la enfermedad, la muerte, el culo, las piernas, la cara, las tetas, la mascota, la intimidad. Ya no queda nada; bueno sí, el alma ( ¿o ha ido en el mismo paquete que el culo?).

Blog Seguridad y fragilidad humana III

Pensemos en lo tranquilos que vamos por el mundo teniendo todo esto asegurado; no nos preocupamos de nada, no sentimosdesasosiego, no tenemos que ocuparnos de nada. Todo lo que puede acontecer está en manos de Sanitas, la Mutua,Ocaso, Santa Lucía, Axa ; lo hemos dejado todo en sus manos y bajo su control; cuando las cosas dependen de unomismo surge la inseguridad, la duda, la intranquilidad, la angustia ante el futuro; pero no es el caso porque ahora todo está  externalizado, fuera de nosotros,en manos de estas compañías, que se hacen cargo de mi inseguridad, de mis dudas, de mi futuro.

La educación, los valores familiares que se ponen en juego, las condiciones de trabajo, la sobreprotección  que a todos los niveles ( física, psicológica)  se hace del individuo  es el síntoma claro de la debilidad y de la fragilidad de los hombre y mujeres de nuestra época.

Asistimos a un derrumbe de instituciones, profesiones, símbolos  y valores que representaron y en cierta medida velaban por la seguridad : El Estado, las instituciones, los políticos, la palabra, la certeza, lo indefinido. Este derrumbe a diferentes niveles está alimentando la inseguridad y la desconfianza, que  son contravalores hermanados; la desconfianza genera inseguridad y la inseguridad genera desconfianza.

A la vez se esta produciendo un derrumbe más peligroso que el de las instituciones, los símbolos o la palabra; y es la renuncia  que estamos haciendo de nosotros mismos, de nuestra voluntad y de nuestra intimidad. La intimidad es el valor que nos asegura la singularidad, la identidad y la confianza en nosotros y en lo que nos rodea. La renuncia a la intimidad conlleva una vivencia y percepción del mundo y de los otros basado en el recelo y la desconfianza, recelo y desconfianza que nos hacen frágiles e inseguros. Y la renuncia a la voluntad o la cesión  que hacemos de nuestra  voluntad a una jerarquía superior ( Dios, los padres, el Estado, los políticos) nos hace  esclavos, débiles, incapaces, inseguros… a parte de individuos des-empoderados; renunciamos a la fuerza, al motor que nos empuja , nos ilusiona y nos hace caminar.

El derrumbe de las instituciones que simbolizaban la seguridad, la renuncia a la intimidad – intimidad que asegura una visión amigable del mundo- más la cesión de la voluntad que nos resta fuerza y poder , constituyen las bases que explican la debilidad y fragilidad del ser humano.

La seguridad  -entendida por necesidad de asegurar todo -genera dependencia; nos ponemos muletas en todos los órdenes de nuestra vida, lo que acrecienta nuestra inseguridad: para la casa, para la salud, para el futuro; en caso de sequía, en caso de inundación; por si sube la inflación o por si baja; si los intereses son negativos o son positivos; si gana la derecha o la izquierda…. Todo, absolutamente todo, está sujeto a algún tipo de seguro; no es bueno que quede ningún resquicio libre, abierto a la improvisación o a los avatares de la vida misma; hay que asegurar la vida, matematizarla, reducirla a cifras, a fórmulas, controlarla en suma.

La seguridad y todas sus declinaciones refuerzan la idea de fragilidad. A partir de esta idea de fragilidad, todas las políticas educativas, los valores, las medidas que se adoptan en la familia, en el trabajo, en la sociedad están orientadas a proteger a este individuo frágil que hemos creado culturalmente : nada de frustración, nada de lloros, ningún peso que pueda dañar la columna vertebral, al menor dolor gelocatil , nada de esfuerzos que nos podemos romper; guantes, gafas, casco, traje, tapones para los oídos, fajas protectoras, grúas para trasladar peso, inhibidores de electricidad estática, matizadoresde rayos solares, alimentos sin gluten, sin sal, sin grasa, sin azúcar, sin piel, uperizado, desinfectado, lavado, pelado, masticado, con facilitadores del proceso digestivo…etcetc.

Este hombre frágil, débil psicológicamente, cada vez más desnaturalizado, menos integrado en la naturaleza, cada día más virtual y alejado de lo real, necesita muletas, sillas de ruedas, ascensores, coches, medios de transporte porque la inmovilidad al que le reduce el exceso de seguridad le paraliza . A su vez ese anhelo de seguridad absoluta, imposible a todas luces, porque somos hijos del azar, de lo contingente, del imprevisto… provoca decepción y desencanto; para esto ya están los ansiolíticos, los antidepresivos, los calmantes y los relajantes.

A fuerza de seguridad y seguros, nos reducirán a pura mecanicidad, sin posibilidad de dudar, de rebelarnos, de sentir. Porque la seguridad total anula cualquier posibilidad de emoción.

Mauro González Hernando

Socio fundador de Punto de Fuga.

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